Este
mito aparece en el Banquete
de Platón , concretamente en el Discurso de Aristófanes.
Aristófanes
señala que hablará de un modo diferente a como lo han hecho
anteriormente Pausanias y Erixímaco. Aunque sea cómico, oculta
pensamientos profundos.
Cree
que los hombres han ignorado la gran fuerza que desprende el Amor, ya
que si no le hubieran elevado Templos y Altares para rendirle
sacrificios. Nos define al amor como a un
íntimo anhelo de restitución de una plenitud perdida, de
reencuentro con un total.
Uno mismo con el ser amado. Aristófanes nos narra una antigua
leyenda sobre Efialtes y Oto, hijos de tesalio Aloeo, que encadenaron
a Ares e intentaron escalar el cielo para derrocar a Zeus (Homero).
Expone
que, en la antigüedad, la humanidad se dividía en tres géneros, el
masculino, el femenino, y el andrógino (del griego Andros-Hombre y
Gino-Mujer). Los seres que pertenecían a esta última clase eran
redondos, con cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras en la cabeza
y, por supuesto dos órganos sexuales. Estaban unidos por el vientre.
Eran seres tan terribles por su vigor y fuerza que se sintieron
suficientes para atentar contra los dioses. Puesto que Zeus no podía
destruir la raza humana, dado que ésta era la que adoraba a los
dioses, los castigó partiéndolos por la mitad. Apolo los curó
dándoles la forma actual que tienen ambos sexos, y más tarde pasó
adelante sus “vergüenzas”.
El
Amor desde tiempos inmemoriales trata de unirlos, de manera que,
cuando se encuentran se unen de tal forma que es para toda la vida,
tratando cada uno de reunirse y fundirse con el amado y convertirse
de dos seres en uno solo, de manera que tan solo podría alcanzar la
felicidad nuestra especie cuando se dé el tiempo en que la mitad de
la Humanidad se encuentre con su otra mitad. Cada mitad de un hombre
y mujer primitivos se entregan a la homosexualidad en busca de su
otra mitad, en tanto que, la mitad del andrógino se entrega a la
heterosexualidad en busca de su otra mitad.
Corolario
de Aristófanes:Todas
las formas del Amor son verdaderas, sin embargo Aristófanes afirma
que el amor de un hombre a una mujer es inferior y el de un hombre
hacia otro hombre superior y verdadero.
En la películaHedwig and the Angry Inch de John Cameron Mitchell se interpreta el tema Origin of love, sobre el mito del andrógino.
En los siguientes vídeos podemos sumergirnos en la traducción de textos de César. La obra que nosotros tenemos que traducir es La Guerra Civil, pero de esta obra no hay vídeos. De todas maneras, el estilo es el mismo, sólo que la temática es distinta.
Ave!* Nomen mihi est Marcus**. Quid nomen tibi est?**
¡Hola!
mi nombre es Marcos. ¿Cuál es tu nombre?
Ave!
Ego sum Iulia
¡Hola!
yo soy Julia
Mihi
pergratum est te convenire
Encantado
de conocerte***
Et
quoque mihi
Yo
también.
*El saludo no es el mismo si va dirigido a una sola persona o a varias. En este
contexto la fórmula está en singular: “Ave” pues una persona saluda a otra y
viceversa. Si el saludo fuera dirigido a varios, emplearíamos la fórmula de
plural: “Avete”.
**
Literalmente: Tengo como nombre Marco ¿Qué nombre tienes tú?
***La
traducción literal para que veáis cada uno de los elementos de la oración: Es
muy agradable para mí encontrarte”. El orden de los elementos puede variar.
Como ya os dije en clase, os subo este archivo de un profesor de Griego que me parece que está muy completo. Es una Gramática Griega que podéis descargar para tener en casa y completar los apuntes que tenéis. Si ya tenéis un apéndice gramatical del año pasado os valdrá igual.
Las lenguas latinas o romances también se conocen como lenguas románicas. Son las lenguas modernas que se desarrollaron a
partir de latín hablado alrededor del siglo VII en Europa meridional y
occidental. (Entre el siglo VII y IX d.C)
El latín vulgar fue la lengua de la conversación, empleada en las
relaciones humanas tanto por la gente culta como por el pueblo menos ilustrado,
y, en los territorios conquistados por Roma, la lengua habitual de legionarios,
comerciantes y colonos, y la lengua oficial de gobernantes, funcionarios y
administrados, la cual los indígenas procuraron aprender en un espacio de tiempo
relativamente corto, aun cuando no les fuera impuesta, por la necesidad que
tenían de comerciar con sus productos con los mercaderes y colonos, y de
realizar con los funcionarios sus gestiones de carácter administrativo.
El hecho, sin embargo,
de que ésta fuera una lengua hablada y superpuesta a lenguas indígenas
preexistentes, motivó que, en las diferentes provincias creadas por Roma en los
territorios conquistados e, incluso, en las distintas regiones de una misma
provincia, se produjeran desde muy pronto numerosas variedades dialectales de
la misma, debido, por una parte, a que cada uno de los pueblos sometidos
aprendieron el latín según su propia manera de hablar, es decir, de acuerdo con
su acento o “tonillo”, y, por otra, a que muchas palabras tomadas de su lengua
vernácula se introducirían en aquella.
A pesar de esto, hemos
de pensar que, mientras el Imperio Romano se mantuvo cohexionado, un
ciudadano, p.e., de Gades (Hispania) podía entenderse en latín con otro de
Apamea (Siria), siempre, claro está, que ambos tuvieran unos conocimientos
aceptables de esta lengua a nivel conversacional. Ahora bien, cuando el Imperio
Romano de Occidente cayó en poder de los bárbaros (alamanes, francos,
visigodos, ostrogodos, suevos, etc) y se formaron en él diversos reinos, las
diferencias dialectales, a las que hacíamos antes mención, se acentuaron y la
lengua latina oficial evolucionó con absoluta libertad, fragmentándose en
numerosos dialectos (los más importantes de los cuales pasaron a tener, unos
siglos después, la entidad de lenguas), cuando los documentos destinados al
pueblo se empezaron a redactar en la lengua a la que el Concilio de Tours, en
el s. IX, bautizó como lingua Romana rústica, para diferenciarla de las lenguas
“bárbaras”, por un lado, y del latín culto, por otro. De hecho, en este siglo
tenemos ya un texto románico seguro: los Juramentos de Estrasburgo, del 842,
redactados en francés antiguo.
En
España, el primer
documento en el que aparecen palabras en romance, que traducen ciertos términos
latinos poco comprensibles para el pueblo, son las Glosas Emilianenses, de finales del s. X, encontradas en el
monasterio de S. Millán de la Cogolla, en la Rioja.
Las principales lenguas
románicas, romances o neolatinas, derivadas del latín vulgar y que se hablan en
la actualidad en el mundo, son las siguientes:
• Castellano: hablado en España, en Méjico y en todos los países de
América Central, así como en los de América del Sur, excepto Brasil y las
Guayanas.
• Catalán: hablado en las Comunidades de Cataluña y de Valencia,
Rosellón (Francia), Andorra, Comunidad de Baleares y en la localidad de Alguer
(en la isla de Cerdeña).
• Gallego. Hablado en la Comunidad de Galicia.
• Francés: hablado en Francia, sur de Bélgica, Cantones occidentales
de Suiza, Canadá (Quebec), Haití, algunas de las Pequeñas Antillas y países
francófonos de África.
• Portugués: hablado en Portugal, Brasil, Islas Azores y Madeira,
Angola y Mozambique.
• Italiano: hablado en
Italia y en algunos Cantones suizos.
• Provenzal u occitano: hablado en el sur de Francia.
• Sardo: hablado en Cerdeña.
• Retorromano, ladino o rético: hablado en el cantón suizo de los
Grisones, en el Tirol italiano y en le provincia italiana de Friul.
• Rumano: hablado en Rumania y en algunas provincias de los países
limítrofes.
Mientras
que el latín culto era patrimonio de las clases nobles y de los literatos, el
latín vulgar era la lengua en la que se expresaba el resto del pueblo
(soldados, técnicos, artesanos, etc.), la gente no letrada; un poco como sucede
hoy, que la gente en la calle se expresa en un castellano distinto al de la
gente culta. De esa vía popular, el
latín vulgar, nació la mayor parte de nuestro léxico.
-El latín culto: era el
latín «escrito», literario. Este latín estaba fijado por las gramáticas, y
eso permitió que permaneciera inalterable ante el paso del tiempo. En esta
lengua escribieron grandes autores de la literatura universal, como los latinos
Virgilio, Ovidio o Cicerón, pero también santo Tomás de Aquino o Dante. El
latín culto, además, fue la lengua en la que se transmitió el legado romano: derecho,
ciencia, filosofía, etc., siendo la lengua de la cultura en Europa durante
muchos siglos.
-El latín vulgar: era
el latín «hablado», el latín que usaba el pueblo. El latín vulgar tenía
variantes dialectales; así había un latín «hispano», un latín «galo», etc. Ante
la caída del imperio romano, el latín vulgar empezó a evolucionar más rápidamente,
hasta que se transformó en las lenguas romances que hablamos hoy.
Fíjate en estos
ejemplos, en los que se ve claramente que nuestro vocabulario pro- viene del
latín vulgar
En este apartado os dejo enlaces a los temas de literatura griega para que podáis descargarlos. A continuación, os dejo unos vídeos que pueden servir de ayuda para estudiar los temas.
Además de los apuntes y los ejercicios de clase, en los siguientes enlaces os dejo dos resúmenes de la lengua latina, con cuadros y esquemas de contenidos gramaticales. Espero que os sea muy útil.
1. Apéndice Gramatical para descargar aquí. 2. Resumen de la Gramática latina aquí.
La novela romana es un
género literario de aparición tardía en sus principales producciones, el Satiricón de Petronio y el Asno de Oro de Apuleyo. Sin embargo, los
elementos que vienen a confluir en este género se remontan a los principios de
literatura tanto griega como romana: en la Odisea,
obra épica novelesca, Homero mezcla pathos
(sentimiento trágico) y aventuras. Lo mismo sucede en los poetas trágicos
(Eurípides) y en los historiadores que combinan imaginación con historia. Los
rudimentos de la novela pueden encontrarse en los cuentos milesios, novela de
raigambre popular y de carácter obsceno y divertido, aparecidos en Asia Menor n
el siglo II a.C. y dados a conocer en Roma por las fabulae milesiae de Sissena.
Contribuyeron también
al desarrollo de este género literario las escuelas de retórica con sus
ejercicios conocidos como suasoriae
y controversiae. Eran estas unas
declamaciones que proporcionaban como temas de discusión imaginaria situaciones
propicias para una elaboración novelesca. Se encuentran en ellas jóvenes
amantes, padres toscos, piratas, seducciones, naufragios, etc.
También hay que contar
como precedente de este género, sobre todo, en Petronio, la sátira menipea, tal como la conocemos por Varrón, en lo que se
refiere a la introducción en el relato en prosa de trozos de verso, como sucede
en el Satiricón.
En Apuleyo, además de
los cuentos milesios, influye también la tradición de la novela erótica, pero no como un tratamiento de parodia como en el Satiricón, sino con rasgos idealismo,
como puede observarse en el bello relato de Eros y Psique.
1.2.
Petronio.
El
autor, un hombre de mundo y erudito.
Los manuscritos
atribuyen elSatiricóna un cierto
Petronio, pero no se sabe con certeza quién es este personaje. Se cree que se
trata de C. Petronio Arbiter, uno de los íntimos de Nerón que fue implicado en
la conjuración de Pisón y se dio la muerte en el 65 d.C.
Más que los testimonios
de Tácito, es la propia obra del autor la que nos da información sobre su
persona. Petronio era un erudito, de formación clásica, al que le gustaban los
autores de la última generación, como Séneca y Lucano. Era un escéptico que
describe con sonrisa divertida las torpezas de la condición humana, y en el plano
artístico, un artista refinado que visiblemente disfruta al escribir esta
novela.
La
novela.
El Satiricón es una novela de
costumbres, escrita en prosa con versos alternos. Es un relato a cargo de
un tal Encolpio que cuenta sus aventuras en compañía de dos individuos de malas
costumbres, Ascilto y Gitón, a los cuales se une al fin de la novela, el viejo
poeta ridículo Eumolpo. El lugar donde se desarrolla la acción está situado en
las ciudades del sur de Italia.
No sabemos la extensión
que tenía la obra. Según algunos, llegaría a los 35 libros. En la secuencia de
aventuras, destaca el episodio de la Cena
de Trimalción. Este personaje es un vulgar nuevo rico. Los aventureros
consiguen ser admitidos al banquete dado por él. Petronio describe la ostentación
de riqueza en la decoración de la casa y en la profusión de fantásticos platos
ofrecidos a los comensales, los grotescos incidentes del banquete, la
conversación cómica de los invitados y el comportamiento absurdo de Trimalción
a medida que va bebiendo más y más. Finalmente, en estado total de embriaguez,
expone su última voluntad y expresa sus deseos en relación con su monumento
funerario; simula su entierro y al alboroto acuden los bomberos que creen que
hay un incendio en la casa de Trimalción. En el revuelo, Encolpio y sus amigos
huyen de la casa, con lo que concluye la Cena.
Los héroes de esta
especie de novela picaresca son todo menos virtuosos. Unos, como el narrador
Encolpio, son individuos marginales, que han recibido una buena educación pero que
viven de lo que sale. Otros son perversos, como Gitón y Ascilto, o estúpidos,
como Trimalción. Alrededor de ellos evoluciona una multitud de pequeños
personajes, esclavos, libertos, cabareteras, sacerdotisas de tres al cuarto,
etc.
Se podría calificar
esta obra como novela realista. El
autor describe con detalle la vida de esta chusma, sus hábitos, sus gestos, sus
casas. Pero hay que decir que es más una caricatura
que un retrato. El relato es una
sucesión de aventuras extravagantes que el autor cuenta con una exageración
bufonesca.
El
artista.
La lengua y el estilo, indisolublemente
unidos, son propios de un gran maestro en el arte de escribir. Lengua elegante,
clásica cuando hace hablar a Encolpio, que es una persona instruida; lengua vulgar, cargada de términos del argot
que caracteriza admirablemente a cada individuo, cuando hablan los otros
personajes. Todo impregnado en una gran descripción colorista que hace del
conjunto una obra de arte refinada, una de las más directamente accesibles al
gusto moderno.
1.3.
Apuleyo (hacia el 70 d.C.-hacia el 160 d.C.)
Nacido en Madaura, en
África, estudió en Cartago y después en Atenas, donde recibió una seria
formación en la filosofía griega, sobre todo en Platón. Al mismo tiempo, recibe
el influjo de los cultos orientales, dato importante para conocer tanto su
producción filosófica como novelesca.
Obras.
Se conservan de él
obras filosóficas, obras oratorias, un cuento (o novela) y algunos versos. De
todas estas obras, la que más ha interesado a la posteridad ha sido su novela Metamorfosis o el Asno de Oro. Los diez
primeros libros cuentan las aventuras de Lucio transformado en asno por haber
tomado sin darse cuenta un brebaje mágico: se trata de una sucesión de
episodios cómicos y trágicos, en general divertidos, en medio de los que se
intercala el hermoso relato de los amores de Psique y Eros.
Las aventuras de las
que es testigo Lucio en forma de asno son en gran parte cuentos milesios. En el último libro, Lucio recupera su figura
humana mediante la ingestión de unas rosas en una procesión de Isis, terminando
su vida como sacerdote de esta diosa. Se ha pensado que este final expresa el
anhelo filosófico y religioso del autor: Lucio encuadra su forma humana gracias
a la diosa Isis, se convierte en devoto de su culto y se somete a todos los
grados de la iniciación. La forma de narrar n primera persona nos llevaría
además a considerar toda la novela como una autobiografía alegórica.
El
estilo.
El estilo de Apuleyo es
vivo, colorista y altamente
refinado. Los muchos detalles realistas que ofrece en esta obra iluminan la
vida cotidiana de su tiempo y la unión de los elementos eróticos con los
realistas y populares, del mito oriental con la mitología griega en una
síntesis de propósito edificante anticipando la fusión en Cervantes de novela
de caballerías y picaresca.
Influencia
en la literatura posterior
Se deja ver influencia
de Petronio en algunas Novelas Ejemplares
de Cervantes y en Quevedo. Apuleyo gozó de fama en vida. Ausonio, S. Agustín, S. Jerónimo conocieron
su obra. El Renacimiento lo revalorizó (Boccaccio sobre todo).Conviene también
citar la influencia que en la literatura occidental ha tenido la fábula de
Cupido y Psique; podemos encontrar su influencia en Boccaccio, Calderón y La
Fontaine. Muchos escritores del Barroco imitaron cuentos como el de Eros y
Psique (Lope, Calderón, La Fontaine, Corneille,...). La mayor influencia de Las Metamorfosis es la picaresca: su
influjo se observa en el Lazarillo de Tormes, en el Guzmán de Alfarache de
Mateo Alemán.